Irving Ilan Rodríguez Vargas
En las siguientes semanas la Comisión Interamericana de Derechos Humanos elegirá a la o el próximo titular de la Secretaria Ejecutiva. Lxs finalistas son: Andrés Emilio Mahnke Malschafsky (Chile), Celia Medrano (El Salvador), María Claudia Pulido (Colombia), Karla I. Quintana Osuna (México) y Tania Reneaum Panszi (México).
Esta elección es clave en el rumbo de la CIDH debido a los retos administrativos y políticos que actualmente afronta el Sistema Interamericano. Esta decisión, a diferencia de otras ocasiones, exige la elección de un perfil con conocimiento y experiencia del funcionamiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, de los retos en materia de derechos humanos de la región y con una gran sensibilidad y acercamiento con las víctimas y sus familias.
No es un hecho mínimo que el Secretario General de la OEA haya impedido la reelección del anterior Secretario Ejecutivo, Paulo Abrao, por motivaciones políticas y por acusaciones de acoso laboral al interior de la Comisión.
Irónicamente, diversos organismos de derechos humanos han sido acusados de no respetar los derechos laborales de su personal, de irregularidades administrativas y favoritismos políticos, por supuesto la Comisión no está exenta de ello. Lo anterior se suma a la debilidad presupuestal histórica de la CIDH, que ha generado que gran parte del personal sea contratado como “consultor(a)” y un innegable retraso procesal en el acceso a la justicia interamericana.
Los retos no son menores, especialmente en el contexto actual en el que muchos Estados son los principales debilitadores de un sistema que busca proteger los derechos humanos en la región más desigual. La labor del SIDH debe responder a las problemáticas de la región, tanto las históricas como las recientes.
Finalmente, deseo destacar que lamentablemente solo una mujer (Edith Márquez Rodríguez) ha ocupado la Secretaría Ejecutiva, que ocurrió hace más de 30 años. Como lo han señalado organizaciones y activistas es #tiempodeunamujer al frente de esta institución. Hay cuatro mujeres finalistas con gran capacidad y trayectoria que podrían hacer frente a los retos que impone dirigir la Secretaria Ejecutiva.
Si las y los Comisionados deciden lo contrario estarían enviado el mensaje de que una larga trayectoria en el sistema interamericano, en la defensa de derechos humanos, con credenciales académicas, preparación profesional, y una comprobada experiencia y capacidad de administración no son suficientes para que una mujer logre ocupar un cargo que, hasta ahora, ha estado reservado casi exclusivamente para hombres. Irónicamente con una Comisión Interamericana integrada por una mayoría de mujeres y con una directiva integrada exclusivamente por éstas.
Es necesario que los órganos de derechos humanos reivindiquen los derechos al interior de sus estructuras y sean la punta la punta de lanza en la protección de los derechos humanos en la región. La selección de la próxima Secretaria Ejecutiva marcará el destino del Sistema Interamericano de Derechos Humanos en los siguientes años.
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